¿ Amar? Amar lo hace cualquiera. Es fácil entregarse a esa felicidad irrefrenable e insensata. En cambio, odiar es toda una elección: alimentarse de rencores es es algo que difícilmente alguien elegiría; sin embargo, con el tiempo uno se da cuenta de que el odio es caprichoso y de fácil inflamación. Si se maneja adecuadamente resultará un combustible bastante duradero. Permanente. Inagotable. El odio es poderoso. Alimentarse de rencores es algo que, difícilmente alguien elegiría.
Pero resulta mas provechoso que jugar a ser feliz
1 comentarios:
Estoy algo de acuerdo. El odio es un motor poderosísimo. Pero estoy en desacuerdo con que sea más fácil de cultivar que el amor. Para amar hay que estar bien apendejado y no es tan fácil seguir así sin un combustible seguro. Pero el odio chingón jala solito.
Buen blog, pero creo que me late más el del cabaret. Como sea, llegue hoy apenas tanto a este como el otro. Los cuentos que pones en el otro son buenísimos. Buen trabajo.
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